España cerró 2018 con el mayor nivel de insolvencia de empresas de todo su entorno europeo. No conocemos todavía la cifra que registrará el informe de este año, pero se preveía una perspectiva de crecimiento notablemente más baja para el año en curso.
Aunque parece difícil entender que a una empresa le sobrevenga una situación de insolvencia de modo sorpresivo, la realidad es que en multitud de ocasiones, una decisión empresarial errónea ha derivado a corto plazo en una situación de insolvencia de la sociedad, implicando incluso la entrada de ésta en un proceso de refinanciación.
En este sentido parece de vital importancia, por parte de los administradores y directores de la sociedad, la correcta identificación y conocimiento de los factores que intervienen en la evolución de su negocio. De esta forma, disminuye significativamente la posibilidad de llegar a ser una empresa insolvente.
¿Cómo prevenir la insolvencia?
Las sociedades establecen mecanismos de control interno, mediante los cuales se obtiene la información necesaria, referente al negocio de la sociedad, que facilita así la toma de decisiones.
Conocer y diseñar de manera exhaustiva estos mecanismos es la solución para controlar el devenir de la empresa y evitar las situaciones peligrosas.
Uno de los procedimientos de gestión, que mayores ventajas reporta al control interno de la sociedad, es la modelización financiera.
Apostamos por este mecanismo como proceso de prevención y solución.
¿En qué consiste la Modelización Financiera?
La modelización financiera, consiste en diseñar un modelo financiero específico para la sociedad que sea flexible y muestre la situación de la sociedad ante las distintas estimaciones de las variables que componen el Estado de Flujos de Efectivo.
Un modelo financiero tiene que permitir proyectar la situación de la empresa a futuro, mediante la estimación de su Flujo de Estado de Efectivo/Cash-Flow/ Flujo de caja en función de las variables que afectan a la actividad de la sociedad.
Los datos obtenidos del modelo financiero resultan esenciales, entre otras, para la aplicación de los mismos en las siguientes situaciones del ámbito empresarial:
- Preparación de un plan de negocio
- Análisis de inversiones
- Procesos de insolvencia
- Reestructuración Financiera
- Elaboración de un plan de viabilidad
¿Cómo llevar a cabo una modelización financiera?
Las fases de elaboración de una modelización financiera están marcadas y deben cumplirse en un orden cronológico determinado:
- Recopilación
de los datos históricos de la sociedad.
- Establecer la relación entre los Estados Financieros y las variables que afectan en la actividad empresarial.
- Elaborar el modelo que relacione la estimación de los Estados Financieros en función de las variables objeto de análisis.
- Análisis de los resultados obtenidos en función a los distintos escenarios planteados ante la modificación de variables.
La elaboración del modelo financiero parte de los datos históricos de la sociedad, que tras la homogenización y la validación de datos, será la base para proyectar los Estados Financieros futuros en función de las variaciones introducidas en el modelo.
El Modelo Financiero consolida diversos procesos, entre los que destacan: el Análisis de inversiones, la realización de una Due-Diligence o la Reestructuración de Deuda los cuales se emplearan, si fuera necesario, atendiendo a la masa patrimonial objeto de análisis y a la situación particular de la sociedad.
La anticipación es la solución:
Las ventajas de este procedimiento son claras para una empresa. Permite determinar las sinergias existentes entre las masas patrimoniales, mediante las variables que influyen en el negocio de la sociedad. Todo ello, facilita la toma de decisiones, que se realizarán en función del escenario estimado ante la variación de los factores que determinan el modelo.
En definitiva, la modelización financiera es una herramienta imprescindible para dotar a los administradores y directores de la información necesaria para el control de su negocio.
Expertos economistas deben realizar el análisis y la implantación de este sistema. De esta forma, gracias a un modelo flexible y adaptado a la situación particular de la sociedad, que permite la variación y la ponderación de las variables del negocio, se obtiene el control y la previsión necesaria para evitar situaciones de riesgo, como la citada insolvencia.
Economista