Concepción Arenal afirmaba que “la sociedad no puede en justicia prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano.” Mujeres como Concepción Arenal, que tuvo que vestirse de hombre para poder llegar a ser licenciada en Derecho, lograron que la mujer pudiera a acceder a profesiones como la abogacía. Seis de cada diez alumnos de la Universidad Complutense de Madrid son mujeres. Ser mujer ya no supone un impedimento para acceder a profesiones como la de abogado. Pero las abogadas españolas creen que la discriminación por razón de sexo llega una vez se incorporan al mundo laboral.

Igualdad en la abogacía

La “primera gran encuesta hecha en España que se realiza sobre Igualdad de Género en la Abogacía y en la Justicia” que se presentó por la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española a finales de 2017, apoya la teoría sobre dónde radica la desigualdad entre hombres y mujeres en el mundo de la abogacía. Las diferencias aparecen en los sueldos, en los puestos que se ocupan y en las posibilidades de promoción. Hoy en día, el 85% de los abogados en España cree que las posibilidades de acceso al ejercicio de la abogacía son iguales para hombres y mujeres. Sin embargo, una vez se accede a la profesión, el 63% de las abogadas están por debajo de la media de ingresos profesionales frente a los abogados. En este sentido, el 85% de las abogadas piensa que los hombres tienen menos dificultades para la promoción profesional.

Conciliación

Los resultados estadísticos expuestos, cuanto menos desalentadores para la mujer, podrían encontrar su razón de ser en la conciliación familiar. La mujer del siglo XXI encuentra en la conciliación familiar la gran barrera que ella misma se impone. Es una realidad que las mujeres no dejan de lado las “tareas familiares” y han de compaginarlas con su trabajo, mucho más que los hombres. La profesión de abogado es una profesión sin horarios que muchas veces no permite que se separen la vida personal de la profesional. Los abogados se deben a sus clientes y esto hace que la conciliación sea una ardua tarea tanto para hombres como para mujeres. Y sin embargo se puede decir que afecta más a las mujeres pues suelen ser ellas quienes asumen voluntariamente más tareas en casa que los hombres.

En el mundo de los grandes despachos, la desigualdad por razón de sexo está a la orden del día y el diseño de planes a favor de la igualdad son proyectos que se están llevando a cabo por despachos como Martin Molina, Baker Mckenzie, Jones Day, Broseta o DLA Piper. Las sociedades cotizadas ya tienen incorporados planes de igualdad en sus protocolos internos y los despachos de abogados van por el mismo camino. La igualdad en el mundo de la abogacía es incluso una cuestión reputacional pues se pretende acabar con la percepción de la abogacía como un “mundo de hombres”.