Se apunta como una característica primordial de las empresas emergentes a la asunción de mayores riesgos y de las dificultades de financiación. Debido al elevado “riesgo derivado de su alto contenido innovador, la incertidumbre sobre el éxito de su modelo de negocio, que dificulta la financiación en las fases iniciales, al exigir capital para poder madurar y probar sus ideas antes de que la empresa empiece a generar ingresos” es probable que sí exista una correlación positiva entre riesgo e innovación, pero sólo si se entiende ésta en un sentido amplio, que no en el sentido estrecho que se deriva de la aplicación de unos criterios legales.

Sin embargo, incluso dejando a un lado esta tipología de la innovación y aceptando como válida esa característica diferencial, resulta más dudoso conocer cuáles son las consecuencias que se deben extraer de ella.