Pedro Martín Molina, presidente de Martín Molina Abogados y Economistas, lo tiene muy claro: La declaración del estado de alarma decretado por el Gobierno supuso el cierre y la paralización de toda la actividad no esencial, entre ella todos los espectáculos, actividades culturales y de ocio.

«Las restricciones se han ido sucediendo, perjudicando de forma evidente al sector del ocio y de la cultura sin posibilidad, por parte de los afectados, de poder ponerse o tener alguna otra alternativa», afirma.

Martín Molina entiende que, aunque el Gobierno ha aprobado para estos sectores líneas de liquidez y prestaciones especiales por desempleo y ayudas para el mantenimiento de las artes escénicas y la producción cinematográfica, han sido insuficientes.

No han resuelto la pérdida de productividad de la actividad y no han resarcido directamente al empresario o al profesional.