La startup es una nueva alternativa empresarial al capitalismo tradicional que residía en la importancia del capital como fuente de riqueza; con la startup nace otro componente esencial en el mercado: la base tecnológica. A lo largo de esta última década se ha ido perfilando el concepto de una empresa de base tecnológica o startup como aquella empresa centrada en la investigación y el desarrollo (I+D) y que prioriza la explotación de un nuevo conocimiento técnico, de manera que podemos llegar a entender que las startups son “una categoría específica de empresas, que operan en sectores de alta tecnología y que muestran un comportamiento abiertamente proclive a la innovación”. Los rasgos comunes de este tipo de entidades se identifican con la innovación, la base tecnológica, la formación de los fundadores y la elaboración de fórmulas alternativas en la financiación de los proyectos.