Primer intento. No funciona el sistema de videollamada. Los testigos que han acudido presencialmente al juzgado se van. Segundo intento. Uno de los peritos está de baja por covid. El juez aplaza la vista. Una audiencia previa que debería haber estado resuelta en cuestión de horas, se alarga hasta ocho meses. Esta es una de las situaciones que se ha encontrado el letrado Emilio Gude, con 27 años de experiencia a sus espaldas, en los juzgados de Madrid este año. El 1 de septiembre se reanuda la actividad judicial y muchos de los problemas estructurales y los que ha añadido la pandemia seguirán presentes.