La definición más simple y común de un asesor jurídico o legal es la de un profesional del derecho que aconseja a empresas y particulares en materia legal.
Pero si profundizamos un poco más en el trabajo de este especialista, vemos que se requieren conocimientos de distintas áreas del derecho para aportar un valor real a la supervisión y las valoraciones que recibe el cliente.
Con el objetivo de que las empresas y particulares tengan sus asuntos en coherencia con la legalidad vigente en cada momento, ese asesoramiento debe abarcar todos los ámbitos de la empresa en que se involucran aspectos legales, incluyendo necesariamente tanto el área fiscal (impuestos y tasas), como laboral (revisar las contrataciones y asuntos relativos al derecho laboral).
Igualmente será precisa dicha asistencia legal para revisar la legalidad y el orden de cualquier operación financiera que lleve a cabo la empresa.
Seguramente esta necesidad de conocimientos multidisciplinares, hace que muchas empresas acudan a despachos con profesionales de diferentes áreas de especialización buscando esta asesoría legal. El despacho, que ejerce de asesor legal, guiará al cliente en los aspectos legales que afectan a su empresa durante todas las fases de su existencia, desde su creación, y pasando por el asesoramiento recurrente en el día a día de la compañía o negocio.
Algunas de esas acciones pueden ser:
Constitución de la sociedad, según la figura jurídica elegida.
Resolución de dudas y consultas recurrentes.
Gestión fiscal. Confección y presentación de impuestos y declaraciones.
Asesoramiento Laboral. Garantizar el cumplimiento de la normativa vigente en materia laboral y en la aplicación de dicha normativa.
Defensa legal en caso de infracción. Representación y asesoramiento ante cualquier amonestación, denuncia o incidente legal.
Compliance legal. Asegurar que la empresa cumple con todos los requerimientos legales desde los distintos puntos de vista (organizativos, operativos, laborales, protección de datos, blanqueo de capitales, etc.) en función del ámbito sectorial de su actividad, fomentando la implementación de políticas y procedimientos internos que ayuden a evitar riesgos legales y responsabilidades para la empresa.
Preparar un plan de expansión. Asesorar en el crecimiento de la empresa y en los nuevos marcos legales y normativos, cuando la expansión sea internacional.
Prevenir y resolver supuestos de desequilibro patrimonial, que puedan comprometer la subsistencia de la sociedad y del negocio.
En definitiva, un asesor jurídico es una ayuda necesaria para garantizar el cumplimiento de leyes y normativas vigentes para proteger los intereses, la viabilidad y la reputación de la empresa. En Grupo Martín Molina asesoramos legalmente a las empresas para que consigan la tranquilidad necesaria frente a los problemas que surgen en el día a día empresarial.